miércoles, 25 de junio de 2014

¿Cuándo creemos que un ludópata llega a estar rehabilitado?




En primer lugar perdonar por el retraso en poner la entrada, pero entre que el domingo estuvimos de campo en la asociación (lo pase genial) y que el lunes empecé a trabajar de nuevo (¡Ufff! ya era hora, veremos lo que dura según están las cosas) ando un poco ajetreado.


Bueno a lo que iba, el caso es que el sábado tratamos el tema de cuándo creemos que un ludópata está rehabilitado y si todo lo que conlleva el proceso de rehabilitación, es realmente necesario o no, según la opinión de cada uno.


Ante esas preguntas mis respuestas fueron:

-        Que yo creo que SI es completamente necesario un proceso de rehabilitación, puesto que la ludopatía es una adicción muy fuerte y genera en el ludópata tal grado de dependencia, que trastoca por completo toda su vida y la forma de vivirla, mientras está en activo. También colateralmente y como un agravante más, esa situación implica a su entorno especialmente a todos aquellos con los que convive de forma habitual.
-        Que pienso que puede considerar que un ludópata esta rehabilitado, cuando es capaz de manejar de forma autónoma su vida, siguiendo una serie de medidas preventivas, que eviten en gran parte caer en posibles tentaciones, sirviendo a su vez de escudo en el caso de que estas se produzcan.

En esta segunda cuestión añadí un matiz que generó controversia. Dije y por cierto, no es la primera vez que lo he dicho, que no considero el tiempo el factor primordial en la rehabilitación. A mi parecer el factor primordial en una rehabilitación, es el buen trabajo realizado durante ese tiempo y no los años de permanencia en una asociación, que por supuesto considero importantes. Nadie se rehabilita de la noche a la mañana, por muy bien que siga las medidas preventivas y por mucho que se esfuerce en lograrlo. Para ello es necesario un largo periodo de tiempo, pero un largo periodo de tiempo bien aprovechado; si nos limitamos a asistir a las terapias sin poner nada más por nuestra parte, que decir en ellas lo que los demás quieren oír, sin esforzarnos para que eso que decimos se transforme en algo real, por mucho tiempo o años que pasen seguiremos en una situación igual o parecida, tal vez incluso peor,… casos así conocemos más de uno.
Por lo tanto y resumiendo, bajo mi punto de vista.

Ø  Es necesaria una rehabilitación: Si.
Ø  Es posible una rehabilitación: Si.
Ø  Es importante el tiempo en una rehabilitación: Si, pero solo si se aplica para bien, lo aprendido en ese tiempo. Saber lo que se tiene que hacer, pero no hacerlo manteniendo esa actitud en el tiempo, a mi modo de ver es justo lo contrario de lo que significa rehabilitación.

Hasta pronto.

jueves, 19 de junio de 2014


Tema libre.

Ayer miércoles Tuvimos tema de terapia libre y por lo tanto hablamos de varias cosas, pero en especial de dos:

·        La importancia de la concienciación por parte del enfermo, de que las medidas preventivas
están “para algo” y “por algo”. “Para algo”, como el cerrar puertas de acceso al juego, por medio del control del dinero, también del tiempo que antes se empleaba en el juego y con la sinceridad hacía las personas de nuestro entorno que puedan prestarnos ayuda y apoyo, aunque tan solo sea a la hora evitar poder jugar delante de ellos y que de paso nos induzcan al enfermo con invitaciones hacia el juego. Y “por algo”, por todo el cumulo de experiencias vividas por los ludópatas y familiares que han pasado por las múltiples asociaciones repartidas por el mundo y los diversos estudios realizados por profesionales de la medicina psicológica, que desde hace muchos años vienen compartiendo sus experiencias los unos y estudios los otros, para tratar de encontrar la mejor manera para mantener al ludópata en una inactividad absoluta en la práctica del juego, por mucho que vivamos rodeados por él en nuestra vida cotidiana.
·        La importancia de la participación del familiar, en la rehabilitación del enfermo.
Si bien es verdad que es el enfermo, quien tiene en su mano la posibilidad del éxito o del fracaso en la rehabilitación, el familiar también puede jugar un papel muy importante en dicha rehabilitación, para bien o para mal. Motivando y alentando el trabajo realizado, o por el contrario poniendo trabas continuas al enfermo por medio de reproches y actuaciones indebidas por su parte si es que realmente pretende ayudar y apoyar al enfermo; para ello claro está, resulta indispensable que el enfermo acepte de buen grado esa ayuda.


Buena parte del éxito o fracaso en la rehabilitación, depende de esos dos pasos y cuanto antes se llegue a comprenderlo antes se pasará de la simple abstinencia a una verdadera rehabilitación. Otra buena parte de culpa en cómo vaya la rehabilitación, la motivan los prejuicios sociales, algo a lo que se resta importancia en ocasiones cuando se habla de ello, pero que en realidad marca mucho la trayectoria en todo el proceso, el miedo al qué dirán y al qué pensarán de mí, a que me puedan perjudicar si digo o hago, esto o aquello otro; hace que en ocasiones no se cumplan las medidas preventivas en su totalidad y tal y como son, eludiendo algunas de ellas o modificándolas a nuestro antojo para evitarnos situaciones “incomodas” que sin embargo de haber llevado a cabo hubiesen podido evitar, tentaciones e incluso alguna recaída.

No me gustaría cerrar este comentario sin mandar un mensaje de ánimo a un compañero, que nos comunicó ayer que si bien no ha recaído en el juego, si lo ha hecho en otra adicción que padece, bueno, más bien,… que en realidad nunca la detuvo del todo, “picoteando” en ella de vez en cuando. Motivo por el cual se sentía muy estresado y agobiado, al mantener cada vez más la conciencia intranquila, por su falta de sinceridad ante las preguntas de compañeros de asociación, cuando se interesaban por su estado de salud y anímico, mintiendo a todos, familiares incluidos para poder seguir manteniendo oculta su actuación ante esa otra adicción.
¡¡¡Compañero, ánimo y sigue adelante con tu decisión de tratarte también tu otra adicción!!! Pero tomate las cosas en serio, por tu salud emocional y física.

Hasta pronto.

domingo, 15 de junio de 2014

Sinceridad y transparencia.



Tratado el  17/11/2013.

La sinceridad y transparencia son dos cualidades de las personas, que a todo el mundo le gustaría que el resto de la gente tuviese al tratar con ellos. Sin embargo no todo el mundo es capaz de darse cuenta que esto no puede ser así, si no es algo recíproco; si tú no eres sincero ni transparente, malamente podrás exigir a los demás que lo sean contigo.
Esa segunda parte de la cuestión se multiplica a cuotas estratosféricas, cuando se aplica a la relación que mantiene un ludópata con el resto de la sociedad y más específicamente con sus familiares y gente cercana.
El ludópata a lo largo de su etapa de jugador, para conseguir dinero, tiempo y cuartadas para esconder su actividad como jugador, se ve obligado a mentir una y otra vez. Mentiras que a su vez llevan a otras, que a su vez llevan a otras más, terminando en una vida en la que todo es mentira, prácticamente hasta su propia existencia, puesto que de no parar a tiempo llegan a convertirse prácticamente en personas irreconocibles a las que eran antes de que el juego arrasara su vida como un tornado, destruyendo todo lo que tocan.

Al comenzar la rehabilitación, necesitan un tiempo de adaptación digamos al mundo real, ese que tiempo atrás abandonaron para sumirse de lleno en su mundo de fantasía; siempre soñando con grandes premios, que les permitiría vivir a lo grande, rodeados de lujo y sin preocuparse de nada, aparte de satisfacer sus caprichos.
Están tan obsesionados con ese mundo fantástico que crearon en base a una mentira tras otra, que ahora al tratar de abandonarlo y centrarse en el mundo real, no saben vivir sin mentir por cualquier cosa, aunque no venga a cuento ni hiciese la menor falta, tan solo se dejan llevar por la costumbre y los hábitos adquiridos en su etapa de jugador.
Es curioso observar que cuando empiezan la rehabilitación y alguien duda de su palabra, se sienten atacados y ofendidos digamos,… más allá de lo normal, tratando de imponer su veracidad con enfados y broncas, en vez de razonando y justificando las cosas tranquila y sosegadamente, sin pararse a pensar que tanto sus familiares como el resto de su entorno también necesitan de un tiempo de adaptación a la nueva situación y que este tiempo será más largo en tanto en cuanto el ludópata no de señales positivas de cambio.

Por otra parte el familiar si quiere ayudar a que este cambio se produzca lo antes posible,
es necesario que asuma y entienda que debe hacer lo posible por que su enfermo cumpla las medidas preventivas en todo momento y ocasión, ser comprensivo con él no quiere decir ser permisivo y dar “vía libre” a todo lo que el enfermo proponga o haga. Existen ciertas limitaciones y obligaciones para el enfermo sobre todo en fase inicial. Si el familiar consiente que superen esos límites, no solo no le están ayudando, sino que están generando en él una falsa sensación de que todo vale y todo está bien, retrasando por tanto la rehabilitación del enfermo y la estabilidad y tranquilidad familiar.

Para conseguir esa integración, estabilidad y tranquilidad por parte de todos, contamos con una magnifica herramienta, muchas veces olvidada o poco usada
LA COMUNICACIÓN, pero la comunicación con mayúsculas, no simplemente hablar de banalidades que no llevan a ninguna parte y por el contrario esconder dentro de nosotros lo que realmente importa: nuestros sentimientos y necesidades cotidianas.

Hasta pronto.

viernes, 13 de junio de 2014

Integración familiar.




Tratado el 28/11/2013.

El miércoles tocamos otra vez este controvertido tema en la asociación. ¿Por qué lo califico de controvertido? A mi modo de ver, me parece obvio que existen diferencias notables entre el modo de verlo por parte de enfermos y familiares. Por supuesto estas se hacen más visibles en las intervenciones de quienes tienen menos tiempo de permanencia en la asociación, pero incluso en los que llevan más tiempo también hay ciertas discrepancias.

También sería bueno aclarar a qué tipo de familia nos referimos en cada momento, puesto que no es lo mismo hablar de la unidad familiar más próxima formada por padres e hijos que conviven juntos, que los que no lo hacen, o del resto de familia, como tíos, primos, abuelos, o demás; con quienes a pesar de poder llevarnos estupendamente, el trato no es tan directo ni frecuente, pero que a pesar de ello pueden llegar a sentirse ofendidos o desplazados, si se enteran de lo que ocurre por otros medios, digamos,… no directos. De ser ese el caso, pudiera darse una reacción un tanto peculiar o no deseada.

Pero dejando ese punto de vista en particular aparte, la integración familiar entiendo que tiene que basarse sobre todo, en la sinceridad y el trabajo entre todos, eso sí yendo siempre el enfermo un paso por delante, puesto que a fin de cuentas; es mucho más probable que en el caso de la ludopatía, la separación entre sus miembros se deba a que el enfermo con su actitud y deseo haya sido quien la haya propiciado, a el caso contrario. Es algo similar a cuando alguien circula en sentido contrario por una autovía y al ver venir a los demás de frente piensa que todos se han equivocado,… qué es posible,… bueno pues sí, pero la verdad es que es altamente improbable.

Hasta pronto.

martes, 10 de junio de 2014

Cómo hacer frente a las deudas.



Tratado el 23/12/2013.

Por desgracia las deudas son algo habitual en el día a día de los ludópatas y sus familias, para hacerlas frente de una manera coherente, en primer lugar es necesario pararse a pensar detenidamente en la situación en que nos encontramos, pero de una forma realista y no de la misma forma impulsiva como suele reaccionar el ludópata cuando está en activo. Es importante tomar decisiones después de haberlas estudiado con alguien de nuestra confianza, para no volver a cometer los mismos errores que nos han llevado a encontrarnos en esa situación. Relegarlas al olvido, o recurrir nuevamente al juego para tratar de solucionarlas, no harán otra cosa más que aumentar esas deudas y seguramente traernos nuevos y mayores problemas, tanto económicos como a nivel personal, enturbiando aún más si cabe la ya penosa situación en la que nos encontramos.

Pedir nuevos créditos, unificar los que ya tenemos en uno solo, o cualquier otra medida que tomemos, resultará estéril si no cambiamos hábitos y costumbres, estudiando un plan de acción realista en el que se prioricen unas cosas sobre otras para evitar la tentación de tratar de abarcar más de lo que realmente podamos en ese momento.
Por cierto, cuidado con las soluciones milagrosas, suelen tener “gato” encerrado.
Ya sabéis el dicho “Las prisas nunca son buenas”
Hasta pronto.


domingo, 1 de junio de 2014

Conocimiento de las normas de conducta.




Tratado el 05/07/2013.

Y vuelta la mula al trigo, al parecer seguimos buscando los tres pies al gato. No tengo más remedio que repetir lo dicho en la vez anterior que tratamos este tema y lo que he manifestado hoy en terapia:
Si vamos a la asociación buscando un método para rehabilitarnos o que lo hagan nuestros familiares, se nos ofrece por medio de las normas de conducta o medidas preventivas ¿A qué viene entonces ponerle tantas pegas? ¿Qué paciente sugiere a su médico el tratamiento que debe ponerle? ¿Alguien regatea al doctor cuantas pastillas quiere tomarse al día y durante cuánto tiempo? ¿Si el médico te dice que pidas un volante para una prueba, qué haces? Vas lo pides y punto ¿No? Nadie cuestiona nada, nadie le contesta que no lo pedirá porque le da vergüenza. Entonces porqué con la ludopatía no hacemos lo mismo, por qué no acatamos las reglas y ya está ¿No sería eso lo más lógico? ¡Pues nada! En vez de eso perdemos el tiempo en sacar punta a todas las medidas preventivas, que aunque no nos guste reconocer sabemos que es lo mejor para nosotros y nos dedicamos a adaptarlas a nuestro antojo, haciendo con ello que pierdan su eficacia.
Qué es eso de verlas como una imposición, cuando lo lógico sería verlas como un salvavidas, tal vez el último que nos quede para poder salir a flote entre tanta basura emocional como envuelve nuestra vida. No dudéis ni un momento que esas medidas que tantas veces criticamos, son lo único que nos fortaleza y esperanza, por muy solos y desesperados que nos encontremos. Si os fijáis detenidamente en ellas veréis que sea cual sea la situación, alguna de esas normas seguro nos da la solución.
Además ¡Qué demonios! Aunque tan solo sea para poder criticarlas,… digo yo que antes habrá que haberlas leído,… ¿No os parece?

Hasta pronto.