lunes, 31 de marzo de 2014

Autoestima.




Tratado el 19/05/2013.

Algo positivo en cualquier aspecto de la vida es tener una buena autoestima, pero aún más necesaria e importante si cabe, a la hora de enfrentar una rehabilitación. Paradójicamente por lo general quienes necesitan rehabilitarse de cualquier adicción, no suelen tener muy buena autoestima y en muchos casos quienes les acompañan en ese duro proceso tampoco.
A decir verdad, cuando se llega a una asociación (en nuestro caso para tratar la ludopatía) no se puede estar más hundido, y las personas que realizan la acogida además de explicar que es la ludopatía y que pasos se necesitan seguir para poder desterrar el juego de la vida del ludópata, también hacen hincapié en lo importante que es realizar todos esos pasos de manera positiva, con el firme pensamiento de que si cumplen todas esas medidas preventivas, efectivamente podrán lograrlo. Por eso es tan conveniente tratar de generar una buena autoestima o elevar la poca que en ese momento quede. Dependiendo de la forma de pensar, motivarse y actuar, variarán tanto en efectividad cómo en el tiempo a emplear para conseguir los primeros resultados positivos. Quienes comienzan ésta andadura de la rehabilitación, titubeantes tan solo dejándose arrastrar por los demás y los acontecimientos, tardan mucho en ver cualquier resultado, puesto que todo se les hace cuesta arriba y no están dispuestos a ir por delante pensando que para qué, total si ya lo hacen los demás por ellos. En cambio quienes comienzan con una buena actitud, no tardan en ver los primeros resultados, elevando con ello su autoestima, motivando a su vez un nuevo empeño por mejorar y volver a ser capaz de controlar su propia vida de forma autónoma.
Para los familiares que participan en la rehabilitación del enfermo de forma activa, es un gran estímulo ver esa actitud positiva por parte del enfermo, lo cual les lleva a mejorar su propia autoestima. Los lazos que les unen al enfermo ya sean consanguíneos, de pareja o simple amistad, si se sigue la rehabilitación adecuadamente, sin duda se verán incrementados, apreciando sentimientos que tal vez no se tenían antes o no por lo menos de una forma tan intensa.


Uno de los retos del grupo, es trabajar en mejorar la autoestima personal de cada uno de sus componentes, pero como es lógico y su propio nombre indica, la mayor parte del esfuerzo por conseguir mejorar nuestra autoestima tiene que partir de todos y cada uno de nosotros como persona.

Hasta pronto.

viernes, 28 de marzo de 2014

¿Cómo pedir ayuda a los demás?


Tratado anteriormente el 27/02/2014.



Pues sí Kike qué quieres que te diga, pedir apoyo a los demás o pedirles ayuda a mi modo de entender, es prácticamente lo mismo y por lo tanto en una cosa y en la otra se deben emplear las mismas reglas o directrices:




  • Sinceridad y transparencia.
  • Compromiso de poner todo el empeño posible en conseguir el objetivo por nuestra parte.
  • Constancia en ese empeño.
  • Y por supuesto una gran dosis de humildad.

No es de recibo tratar de exigir esa ayuda y mucho menos aún, si el propio interesado no está dispuesto a ser él mismo, quien de los primeros pasos de acercamiento y en el posterior trabajo a realizar para la consecución de la rehabilitación.
Conductas cómo la de soltar la “mochila” a los demás y luego desentenderse del tema, esperando que nos lo resuelvan todo; y más tarde echarles en cara los pocos resultados y el poco o nulo apoyo recibido de su parte, creo que no solo peca de egoísmo, sino de una cierta caradura por parte de quienes se comportan así.

Uno de nuestros nuevos compañeros, nos comunicaba este miércoles pasado que gracias a la colaboración de la asociación, (representada por su presidente) había conseguido eludir una condena de cárcel en un juicio celebrado contra él ese día, cambiándola por una permanencia y asistencia de dos años a terapias de grupo en la asociación, con el fin de buscar una rehabilitación, algo que en la cárcel cuanto menos sería mucho más dudosa de conseguir. Se mostró muy agradecido por la ayuda prestada a tal fin por la asociación, sintiéndose muy satisfecho con
lo conseguido; y mira por donde, resulta que no había dicho nada del juicio a su familia. Aplicando como ejemplo este caso al tema del miércoles “cómo pedir ayuda” me parece que queda claro que esa no es la mejor manera de hacerlo, ¿Cómo podría su familia ayudarle sin saber lo que pasaba? De haber sido capaz de contárselo a la familia pidiéndoles su ayuda, tal vez no hubiese habido necesidad de llegar a esos extremos, o al menos se podría haber creado una colaboración entre ambas partes, que abriera el camino a un futuro entendimiento y la cooperación entre todos. Y también algo de lo que no debemos olvidarnos, durante todo el tiempo de espera hasta el juicio, por lo menos hubiese tenido alguien con quien compartir sus miedos, preocupaciones y esperanzas, de este modo y por bien que haya salido todo, esa relación que podría haber surgido entre ellos nuevamente quedo en nada.

Seamos sensatos y aprovechemos las ocasiones, sin perderlas por miedos y arrogancias absurdas; de no hacerlo así, quien sabe si más tarde tendremos una  nueva oportunidad de arreglar las cosas.

Hasta pronto.

domingo, 23 de marzo de 2014

"Tres en uno"


Bueno ahora sí, al parecer vuelvo a estar operativo al % por lo que trataré de publicar los comentarios de estas últimas reuniones pasadas.

El sábado 15, se habló sobre cuándo, dónde y cómo fuimos conscientes de la ludopatía y del impacto que realmente tiene en nuestras vidas, bien seamos los enfermos o los familiares.
Comentar que esta terapia fue especial en tanto que era compartida junto a varios miembros de la asociación “ABAJ” de Burgos. Asociación que lleva varios años en marcha y con la que trataremos de estar en contacto y si es posible llegar a realizar algunas actividades en común. En la intervención de uno de sus socios (el presidente de la asociación) pudimos comprobar nuevamente que la forma de expresar y tratar la ludopatía viene a ser similar sin importar el lugar geográfico, donde esté ubicada la asociación; al fin y al cabo todos tenemos el mismo objetivo: La rehabilitación del ludópata y su entorno social.

Sobre el tema de terapia, decir que por lo general es en las asociaciones o grupos de autoayuda, donde
realmente se llega a comprender y asimilar todo lo referente a la ludopatía. Por supuesto antes de llegar a las asociaciones el enfermo y en algunos casos también su entorno, familia, pareja, compañeros, amigos… se dan cuenta de que algo raro pasa, que algo no va bien, notan que el juego ha pasado de ser una forma más de ocio, a ser algo así como una necesidad vital en su día a día, llegando a hacer cosas para para satisfacer esa necesidad, que no mucho tiempo antes le hubiesen parecido descabelladas e imposibles de realizar incluso al propio enfermo que las lleva a cabo: Mentiras, ocultaciones, pequeños robos y trapicheos… Lo peor de todo esto es que siempre va a más, no es algo que se pueda mantener en la misma situación por tiempo indefinido, una vez que se empieza con esas actitudes, la propia situación aboca a repetirla y aumentarla para tratar de esconder y reparar la vez anterior, lo cual crea un círculo del que nos vemos incapaces de salir por nuestros propios medios. Además siempre se tiende a minimizar la situación, pensando que solo es una mala racha pero que todo está controlado, aunque seguramente en el fondo algo nos dice que eso no es así.

El miércoles 19, el tema de terapia fue “Carencias que nos han llevado al juego” El título de éste tema tal vez es algo ambiguo y supongo que se refiere más que a carencias propiamente dichas a “motivos” puesto que en muchos casos el ludópata cuando empieza su relación digamos peligrosa con el juego, está justamente en la fase de su vida en la que mejor se encuentra: Buena relación social con familia y conocidos, buen trabajo, sin preocupaciones especiales de ningún tipo… De hecho una frase típica de los ludópatas al comenzar la rehabilitación es “Quiero volver a ser y estar como antes” sencillamente el juego fue en su día una actividad que les llamo la atención, gusto y poco a poco, sin darse cuenta perdieron el control sobre ella; necesitando emplear paulatinamente, más tiempo, dinero y recursos para cubrir su “dosis” de juego.

Ayer sábado 22, no hubo terapia de grupo por ser el día en que se realizó la junta anual de socios y
también la extraordinaria para la elección de nueva junta directiva. Y que queréis que os diga,… a mi parecer una decepción total, al ver nuevamente la falta de asistencia a estos actos, que debemos recordar son fundamentales para la buena organización y marcha de la asociación; en la cual nos deberíamos implicar más tanto los noveles, como los más veteranos en ella, puesto que todos somos necesarios y todas las opiniones válidas. Preocupándonos más de lo realmente importante para la rehabilitación de la ludopatía, que de la colocación de las sillas de una forma o de otra. (Tema éste, por cierto espero haya quedado zanjado de una vez por todas.)

Hasta pronto.

jueves, 20 de marzo de 2014

De nuevo en línea.



 

Hola, en esta ocasión y antes de nada me gustaría empezar por pedir disculpas por la tardanza en actualizar las entradas y comentarios, pero mi ordenador se infestó con un virus informático que no he podido resolver hasta este momento y por supuesto no quise hacer nada en el blog por miedo a propagarlo entre quienes entraran en él. El problema ya ha sido resuelto aprovechando la ocasión para actualizar el sistema operativo, con lo que espero poder ponerme al día en poco tiempo.
Un saludo y gracias por vuestra comprensión y paciencia.

jueves, 13 de marzo de 2014

Tema propuesto valoración del dinero. Tema tratado, convivencia en pareja.



El tema de ayer miércoles, "la valoración del dinero" la verdad es que prácticamente no le tocamos casi nada, derivando la terapia a otra cuestión no menos importante en la ludopatía como es la convivencia en pareja, o en familia dependiendo del caso particular de cada uno.
Lo cierto, es que la convivencia en general ya suele ser complicada de por sí, cada uno tenemos nuestra forma de ser y por lo tanto al relacionarnos de manera habitual con otras personas o grupos pueden surgir ciertos roces, darse malos entendidos y todo un cumulo de circunstancias que pueden alterar en algunos momentos esa convivencia; si a eso le unimos la ludopatía y todo lo que ella suele conllevar: mentiras, frecuentes broncas, falta de confianza (sobre todo en las primeras etapas de la rehabilitación y más aún si algunas situaciones no se ven del todo claras) poca comunicación,… El estado en el que nos podemos encontrar, fácilmente pasa de normal ha alterado e irascible, en un abrir y cerrar de ojos.
Por eso, si detectamos esas situaciones en nuestra vida cotidiana, debemos hacer lo
posible por buscar soluciones y no limitarnos sencillamente a dejar pasar el tiempo esperando que la situación cambie por si sola; por supuesto esta sugerencia es aplicable por igual tanto a enfermos como a los familiares, todos debemos poner de nuestra parte para tratar de solucionarlo y la mejor manera que se me ocurre para ello es con el dialogo, hablar y hablar sobre ello hasta aclarar lo que cause esas situaciones, que tal vez sea algo sin mucha importancia, pero que repetido una y otra vez puede dar lugar a esas situaciones tan desagradables por las que todos, en mayor o menor medida, hemos pasado en alguna ocasión y que una vez detectadas y habladas, llegando a un común acuerdo, resulta que tienen fácil solución.
Estas situaciones también se cruzan en ocasiones con ciertas medidas preventivas, como por ejemplo puede ser el caso de cerrar puertas a la enfermedad, algo que lleva a muchas de esas situaciones y discusiones, tanto en el tema económico, cuando algunos enfermos no terminan de comprender que el control estricto del dinero que llevan encima y manejan diariamente, es fundamental para prevenir posibles situaciones de riesgo y malos entendidos, en el caso de no poder por cualquier motivo justificar más tarde su empleo, perdida, discrepancia en las cuentas – vueltas – falta de tickets - etc.
Como también en la manera de actuar, por ejemplo con ordenadores, móviles y cualquier otro aparato que pueda ser empleado para el juego y las apuestas vía Internet, llamadas o mensajes; sin dejar de lado, los conocidos como juegos sustitutorios, los cuales a pesar de podérseles considerar como simples e inocentes juegos para otras personas, en los ludópatas pueden suponer un gran riesgo, no tan solo de que se puedan convertir a su vez en una nueva adicción, sino que mientras se sigan practicando, la mente del ludópata no termina de centrarse en lo realmente importante,… su rehabilitación; encauzando en esos juegos, el mantenimiento y búsqueda de la adrenalina que antes le aportaba su juego de azar favorito, que reaparecerá a la primera oportunidad que disponga.

Hasta pronto.

domingo, 9 de marzo de 2014

Logros y preocupaciones desde que se ha dejado de jugar.




Tratado anteriormente el 10/10/2013.

Al tratar este tema, da la sensación de que si no eres de los primeros en hablar, poco más vas a poder añadir; puesto que los primeros ya habrán dicho que han conseguido ganar en tranquilidad emocional, seguridad en sí mismos y en quienes les están apoyando, y que a medida que se van estabilizando a nivel personal, también se va abriendo ante ellos/as un futuro más amplio y seguro. En cuanto a preocupaciones, el lógico temor a una posible recaída y a la posibilidad o no, de conseguir una confianza más o menos plena por la parte de su entorno que sabe de su enfermedad. (Lo malo, es que quienes no creen conseguido estas cosas, en vez de exponerlo, buscar ayuda y nuevas alternativas, se callan y tratan de pasar desapercibidos entre el grupo)

El caso es que realmente pocas cosas más podemos decir que no estén embarcadas dentro de estos grupos, porqué deseos y preocupaciones así son lo que nos suele llevar a la mayoría en busca de una rehabilitación y por lo tanto a las asociaciones y grupos de autoayuda. Salvo lógicamente ampliarlas y comentarlas a nivel personal. También es
verdad que todos esos logros, se pueden quedar en simples deseos; y las preocupaciones, pasar a verdaderas crisis emocionales, cuando va pasando el tiempo y no vemos llegar los resultados esperados. En estos casos sería importante preguntarse si realmente estamos aportando lo necesario para conseguir dichos resultados: trabajo, constancia, predisposición y ganas, verdaderas ganas de conseguir resultados y no una mera pantomima, para aparentar lo que en verdad, ni se desea ni se busca.
Trabajo, significa un esfuerzo para hacer lo necesario y seguir todas y cada una de las medidas preventivas, no el intentarlo, sino hacerlo.
Constancia, es un componente esencial en la consecución de una rehabilitación duradera, ¿de qué nos vale conseguir muchas cosas de golpe, si por relajarnos al conseguirlas, las perdemos más rápido todavía?

Y algo de lo que no he hablado aún, aprender a despejar de la mente todas esas fantasías, que tanto daño nos ha hecho hasta el momento, siempre evadiéndonos de nuestras responsabilidades, pensando que para qué preocuparnos si ya tendríamos un golpe de suerte, alguien nos lo resolvería, o lo que es peor que alguna de nuestras descabelladas ideas, nos llevaría al éxito y al reconocimiento por parte de los demás. Mientras los pensamientos no dejen de volar por ese mundo de ilusiones fantásticas, poco o nada conseguiremos a nivel positivo; porque en lo negativo sí, ahí seremos los campeones
siempre dando vueltas y más vueltas, tratando de buscar los tres pies al gato, como si todo lo que es potencialmente peligroso para nosotros, fuese lo único que nos interesa y atrae, y digo yo - ¿Es qué aún no hemos tenido bastante? ¿De verdad no hemos aprendido nada, con todo lo pasado? ¿Cuándo evolucionaremos de una vez por todas?

Hasta pronto.

jueves, 6 de marzo de 2014

Calidad de vida.



Tratado anteriormente el 27/10/2013.

Enlazando con lo expuesto en ese comentario anterior, me gustaría quedar claro que esos objetivos, esos pequeños logros, difícilmente se cumplirán mientras el enfermo siga en sus trece; pensando que con el simple hecho de dejar de jugar y no llevar dinero encima ya está todo logrado. Quienes siguen pensando de esa manera después de un periodo prudencial en la asociación, oyendo una y otra vez que el cambio de hábitos y costumbres, no solo es necesario, sino prácticamente obligatorio, a la par que el cumplimiento de TODAS y cada una del resto de las medidas preventivas; están dejando patente que realmente se limitan tan solo a dejarse llevar por quienes tratan de apoyarles, pero sin poner nada de su parte salvo impedimentos y trabas, a una buena rehabilitación y convivencia. Quedando relegada está última a un amasijo de broncas, enfados y ese tipo de sensaciones, que hacen poco menos que una relación pase de ser inviable, a una sino buena, al menos sí fluida.
En estos casos los familiares no podemos por menos que preguntarnos ¿Tan difícil es por parte del ludópata, darse cuenta que todas esas medidas preventivas no van encaminadas contra él, sino contra la enfermedad, ofreciéndole una defensa en caso de necesidad? ¿Qué piensan, que lo hacemos impulsados por un ansia irrefrenable de venganza? ¿Qué
pretendemos sacar provecho de la situación para imponer nuestro capricho porque sí? ¿De verdad piensan que controlar hasta los límites que exige la ludopatía a un adulto es algo agradable?
Creo que deberían reflexionar sobre ello largo y tendido, darse a razones y facilitar en lo posible ésta tarea tan poco agradable a las personas que no lo olvidemos, están apoyándoles por que quieren y les quieren; pero que en parte de los casos les sería más fácil mandarles a paseo y no complicarse más la vida. Sin embargo continúan ahí, luchando día a día, para conseguir que tanto el ludópata como todos quienes les rodean, puedan salir de toda esa pesadilla lo antes y mejor posible. ¿No se merece eso un reconocimiento y tratar de hacer más fácil la tarea a todas esas personas que tratan de ayudar?
En la asociación se dice en ocasiones que el enfermo debe ser egoísta y trabajar para salir del juego, pensando el él mismo en primer lugar y no hacerlo tan solo por el familiar, me parece que es una recomendación acertada, puesto que hace que en caso de que el familiar o acompañante falle, el ludópata pueda seguir adelante sin su ayuda. Pero debería quedar claro que todo tiene un límite y por lo tanto, lo haga por él, por el familiar, o por el lucero del alba; el caso es que tiene que hacerlo antes o después. Entonces ¿Para qué tensar tanto la soga, poniendo una dificultad tras otra? ¿No es mejor para todos, dejarse de pamplinas y ponerse manos a la obra cuanto antes?

En cuanto al familiar, tan solo decir que flaco favor hace al enfermo, consintiendo que incumpla las normas de forma sistemática, por indecisión al no saber imponer las medidas necesarias, sean del agrado del ludópata o no, le cuesten más o le cuesten menos; el cumplimiento de TODAS las medidas preventivas no debe tener excusa posible, es algo que se tiene que llevar a efecto si o si.
En caso contrario, tal vez sería un buen momento para replantearse si continuar con esa relación, es algo que merezca la pena y actuar en consecuencia.

Eso sí como suelo decir, esto no es más que mi opinión y todos somos ya mayorcitos para tomar nuestras propias decisiones.

Hasta pronto.

domingo, 2 de marzo de 2014

La necesidad de contarlo todo.


Ayer en terapia, debido principalmente a las últimas recaídas, volvimos a tratar de por qué es tan necesario contar absolutamente todo lo que inquiete al jugador, sobre todo si tiene la más mínima implicación con el juego. Por supuesto también sería bueno que nos descargásemos de cualquier otra cosa que pudiese crear tensión en la convivencia, pero como lo que aquí tenemos y tratamos en común es el juego, haremos especial hincapié en ese apartado.
A pesar de que se repite de forma machacona una y otra vez, que una vez detectado el problema que tenemos con el juego, si nos ha llevado a una asociación, o a estar consultando entre páginas de Internet, es precisamente porque ya ha pasado de ser un problema y lo que tenemos es una adicción, o sea algo que es importante tratar cuanto antes y de forma firme y concisa; buscar atajos y rodeos es dar alas a la adicción, que no hará otra cosa que avanzar imparable destruyendo todo lo que encuentre a su paso, empezando por el propio ludópata y su dignidad, relegándole a un guiñapo sin voluntad ni libertad de decisión, mientras no se ponga en tratamiento.

¿Por qué se sigue cometiendo el mismo error una y otra vez? Por lo de siempre también, por una mal entendida vergüenza, acompañada de un buen puñado de cobardía a la hora de la verdad. Algunas veces se dice “tan valientes que son o somos para unas cosas y lo cobardes para otras” cuando la verdad es que cometer todos esos atropellos que se realizan generalmente: abusos de confianza, pequeños hurtos a familiares y amigos, mentiras, trampas… en realidad no son actos de valentía, sino actuaciones inconscientes, provocadas por la necesidad imperiosa que sufre el adicto, al impulso generado por su adicción.
¿De verdad queremos dejar de depender de esos impulsos, que nos llevan a cometer esos atropellos? ¿De verdad queremos salir de la dictadura a la que nos lleva la adicción y ser libres para decidir, actuar y vivir?
Una vez meditadas profundamente estas preguntas, dependiendo de las respuestas a las que lleguemos no tenemos más que obrar en consecuencia. Lo necesario para conseguirlo lo tenemos, tan “solo” tenemos que querer llevarlo a la práctica y cumplir lo aprendido en las reuniones de grupo, en caso contrario además de una gran pérdida de tiempo y oportunidades, será también un acto cruel hacía uno mismo y a quienes nos rodean.

Hasta pronto.