domingo, 29 de septiembre de 2013

La comunicación.


Tema tratado el 02/12/2012.

La mala comunicación, es uno de los mayores factores que hacen tan difícil la rehabilitación de la ludopatía. Algo así como el perro que se muerde la cola, la ludopatía inhibe la comunicación y al faltar ésta la ludopatía se agrava paulatinamente, generando un circulo sin fin, hasta que por un motivo u otro se abre un vinculo al dialogo.

La comunicación es clave fundamental para poder recibir ayuda en el largo proceso de la rehabilitación y es imposible que exista en una sola dirección, por mucho que alguien trate de transmitir, si no hay nadie dispuesto a recibir. (Bien pensado es algo parecido a lo que ocurre con este blog, uno transmite, pero nadie contesta, con lo que queda la duda de si algo de lo expuesto llegará a alguien)

Es un tema muy preocupante, porque afecta desde lo más básico. incluso en las terapias de grupo, al menos en la asociación de la que formo parte y supongo que dado el carácter de las personas en general y los ludópatas en particular, será más o menos igual en el resto.
Ya desde el comienzo de las reuniones, cuando se pregunta si alguien tiene algo que decir, por lo general se hace un silencio embarazoso, como si ninguno de los presentes tuviese algo especial que decir o preguntar, nadie se decide a contar a los demás como se encuentra en ese momento, si es feliz, si tiene preocupaciones que le atormentan, si no sabe que camino tomar para resolver cierta situación creada posiblemente por o a causa del juego… nada, salvo en contadas excepciones, nadie suele decir nada en ese momento; más tarde en el transcurso de la terapia y casi como por casualidad, o forzados por la situación van saliendo cosas que de no ser prácticamente por obligación al verse preguntados, hubiesen vuelto a quedar en el interior de esas personas siguiendo con su labor destructiva, socavando el animo y agrandando las diferencias. Y que os parece, todo eso por una simple indecisión a la hora de comunicarse.
Lo peor de todo es que en muchas ocasiones después de hablado y tal vez debatido, resulta que la cosa no era para tanto y que con el simple hecho de aclarar las cosas y la postura de cada uno, se recupera una estabilidad que se estaba perdiendo por una menudencia acompañada de una fuerte dosis de cabezonería y orgullo mal entendido.


Señoras y señores, acostumbrémonos a realizar más a menudo ese sencillo acto que es la comunicación y que a la vez reporta tantos y tantos beneficios, ¡Comuniquémonos más y mejor entre todos! (y lo digo literalmente, aquí también, jejeje)

Hasta pronto.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Cerrar puertas a la enfermedad.


Tratado el  06/05/2013

Esta cuestión es uno de esos puntos en los que creo que por más que se debata, nunca llegaremos a ponernos de acuerdo enfermos y familiares, ¡qué digo yo, entre enfermos y familiares! No solo eso, sino que tampoco hay consenso entre los mismos familiares, en enfermos la cosa parece más clara, “yo tengo la enfermedad, se trata de mi vida… luego soy yo quien decido que hacer, como hacerlo y cuando. Ahora bien, como ya he dicho en otras ocasiones y yo como familiar ¿qué?

  • ¿Debo cruzarme de brazos y esperar que al ludópata se le encienda la bombillita y de los pasos adecuados para su rehabilitación?
  • ¿Y si no llega nunca ese momento qué?
  • ¿Me limito a seguir esperando pacientemente, mientras su vida y la mía se van al garete?
  • ¿El familiar no tiene derecho a tratar de mejorar su calidad de vida?

No nos olvidemos que dentro de la unidad familiar o de pareja, tanto las actuaciones, la pasividad, como la falta de éstas de unos, influyen directamente en los otros; En la forma de actuar, pensar, sentir… en la vida en general.
Cuando oigo expresiones por parte de un familiar del tipo:

-         Es que yo no puedo hacer nada por evitar las situaciones de riesgo.
-         Dado su trabajo no puedo controlarle, si él quiere puede engañarme cuando quiera y yo no me daría cuenta.

En esos casos como he dicho antes, yo pregunto ¿Tiramos la toalla y ya está? ¡¡¡No!!! Me niego en rotundo ha hacer tal cosa, si nosotros tiramos la toalla; en ocasiones el enfermo no se decide a dar ese primer paso, hasta que es demasiado tarde para seguir manteniendo esa vida en común, viniendo después las lamentaciones, “si hubiese hecho las cosas de otra manera…” Pues hagámoslas señoras y señores ahora que aún estamos a tiempo.
Por supuesto que hay muchas cosas que el familiar puede hacer, que aunque a priori parezcan inútiles, porque si el enfermo no quiere poner de su parte no servirán de mucho, no por ello debemos de dejar de hacerlas; forman parte de las medidas preventivas y por lo tanto debemos cumplirlas, puesto que es parte de nuestro cometido para la rehabilitación del enfermo. Lo que si es seguro, es que dejar de lado nuestras “obligaciones” de prevención y motivación, porque pensemos que no servirán de mucho, si el enfermo no quiere; es algo que o beneficiara a nadie, salvo a la enfermedad que tendrá más puertas abiertas al caos.
De estar escribiendo éste comentario mi madre en mi lugar, a buen seguro diría algo como -más vale un día colorada, que ciento encarnada- La pasibilidad es el peor camino que podemos escoger, dialoguemos buscando un acercamiento de posturas y comprensión mutua. Pero sea como sea y en cualquier caso, hagamos lo que esté en nuestra mano, por poco que nos parezca siempre será mejor que nada.

Hasta pronto.

jueves, 19 de septiembre de 2013

La importancia de la asistencia a terapias.


Tema tratado anteriormente el 17/12/2012

La asistencia a las terapias es fundamental, ya que es el principal mecanismo de los ludópatas y sus familiares para conocer la enfermedad y los procedimientos para mantenerla controlada. Siempre es importante asistir a las terapias, y no tratar de evitarlas a la menor excusa o incidencia, pero por supuesto cuando nadie se debería perder ni una a no ser por algo más que justificado y no por una tontería sin más, es en el primer periodo de la rehabilitación, este periodo de adaptación viene a rondar del año a los dos años más o menos dependiendo de cada persona y el interés real que ponga en ello. Eso ni de lejos quiere decir que pasado ese tiempo ya se tenga manga ancha para ir cuando se quiera o tan solo de vez en cuando ni mucho menos, la rehabilitación es un camino muy largo y tortuoso en el cual se necesita invertir muchos años para poder tener ciertas garantías de que ocurra lo que ocurra a nuestro alrededor no tendremos la necesidad de volver a los mismos hábitos y costumbres que tanto esfuerzo y sufrimiento para todos a costado erradicar. Mucho tiempo antes, (pasados tres o cuatro meses de empezar con las asistencias) en ocasiones se escuchan comentarios de algunos compañeros diciendo que todo les va fenomenal que ya saben lo que tienen que hacer, que no se acuerdan del juego para nada, y un montón de cosas más, empezando a faltar con esa precaria excusa cada vez a más terapias, algunos llegando incluso a desaparecer de ellas.


Siendo tal circunstancia una pena ya que ni aprenden más ni aportan nada a otros. Y encima y por si esto fuese poco, más veces de las deseadas pasa lo que pasa… es que el lobo (ludopatía) se come a los confiados.

Por eso la simple asistencia no es suficiente, es necesario trabajar en esas asistencias en todas las cuestiones que en ellas se exponen, con especial motivación justamente en las que más nos cuestan o desagradan, puesto que esos síntomas indican claramente que esas son las cuestiones que menos hemos practicado en nuestra vida y por lo tanto de las que tenemos mayor carencia.
La ludopatía tal y como indica su nombre es una enfermedad, pero nos guste o no, también es parte de nuestra vida. Una parte que nos ha perjudicado y en ocasiones sigue haciéndolo en gran manera y por lo tanto debemos, tenemos y podemos hacer lo posible para cambiar esa situación desde que comenzamos la rehabilitación. El pasado debe quedar atrás, pero aprendiendo de él para no cometer los mismos errores, por eso no hay que obsesionarse con el pasado pero tampoco olvidarlo.
Por otra parte, lo que nunca se debe hacer, es escudarse en el tiempo de permanencia en la asociación y de la asistencia a sus terapias, para demandar una confianza en algo que claramente se ha hecho mal, y más aún si se hace de forma reincidente en la actualidad, en todo caso debería ser un agravante y no un atenuante de esa o esas malas acciones, si todo ese montón de asistencias durante un largo periodo de tiempo no han servido para evitar repetir los mismos hábitos y costumbres que nos llevaron al juego, aunque ahora los pongamos al servicio de otro fin u objetivo, indica claramente que algo se nos ha escapado, que no hemos entendido la verdadera esencia de las terapias, que no deja de ser otra que la de aprender a no repetir los mismos errores una y otra vez. Pero aún es más preocupante (al menos en mi opinión) que otros compañeros traten de excusar y justificar dicho comportamiento, no estando muy seguro por mi parte, de si tanta comprensión hacia dicha actitud hubiese sido la misma si ésta se hubiese producido en su propio entorno o casa.

Reflexiones:
  • ¿De qué vale tener diez, doce o doce mil normas a seguir para la rehabilitación, si a la hora de la verdad no cumplimos ninguna?
  • ¿De qué nos valen 9 semanas, 9 meses, 9 años, ó 9 vidas de asistencia a terapias, si seguimos cometiendo las mismas acciones erróneas que en tiempos pasados?


Me gustaría quedar claro por si alguien se siente ofendido o atacado con mis palabras, que esto al igual que todo lo que desde este blog transmito, no deja de ser otra cosa que mi propia opinión, y por lo tanto puedo estar equivocado o no, pero esta sigue siendo mi opinión y como tal así la expreso, estando como es normal dispuesto a recibir y debatir, si se diera el caso, cualquier tipo de critica que tengáis que hacerme al respecto, ya sea a favor o en contra de mi opinión aquí expresada.

Hasta pronto.

martes, 17 de septiembre de 2013

Debatir distintos puntos de vista.




Hola compañeros.

En esta ocasión seré breve ya que tan solo quiero resaltar la alegría que me produce ver que el nuevo comienzo de curso no nos ha deparado por lo que parece al menos de momento, ninguna situación tan dramática como pueda ser la recaída de algún compañero o un retroceso importante en su calidad de vida a causa de su enfermedad.
Además todos los asistentes a la última terapia, pudimos comprobar que a pesar del largo periodo vacacional, las terapias no han perdido ni un ápice en cuanto a intensidad y generación de debate, cualidades estás muy importantes a tener en cuenta, puesto que si algo así llegase a ocurrir manteniéndose en el tiempo la asociación perdería en gran manera su entidad, garra, efectividad y capacidad de atracción de sus integrantes hacia ella, pasando a ser un grupo de gente pasiva y desmotivada sin ganas de rehabilitación ya que para que esta exista es necesario
Ver que sus socios se expresan de manera sincera desde sus sentimientos, exponiendo y defendiendo sus creencias, aún a sabiendas que su postura puede traerles gran tensión al ser frontalmente opuesta a la de una buena parte de los asistentes e incluso de su propio acompañante, es algo que me complace. Algo así indica claramente que la asistencia a las terapias de forma regular, no solo es para “calentar” la silla, sino para poner en claro ideas, debatirlas calmadamente con los demás, aprender a defender la propia postura sin miedo alguno a modificarla o no, en caso de llegar a convencimiento de su necesidad. Esta capacidad de debate, dialogo y posibilidad de cambio de ideas en el, es una buena cualidad, puesto que indica que se habla desde el convencimiento interior y no desde la soberbia de quien está acostumbrado a imponer sus propias ideas y deseos a los demás. 

Situaciones así me hacen augurar un futuro prospero y saludable a la asociación a la que asisto y en verdad espero por el bien de todos ludópatas, familiares y el resto de la sociedad en general que algo así ocurra no solo en está sino en las muchas existentes a lo largo y ancho del planeta, puesto que por desgracia para todos, el juego patológico o ludopatía, es un cáncer que se extiende a gran velocidad por todo el mundo.

Hasta pronto.

jueves, 12 de septiembre de 2013

De vuelta a la asociación.




El comienzo del nuevo curso en la asociación un año más nos deja un montón de experiencias vividas durante el periodo de vacaciones, en ocasiones son simples anécdotas más o menos preocupantes y en otras es un continuar con las mismas situaciones tensas a que nos tienen habituados, pero todas ellas pueden ser aleccionadoras para todos, en especial para los más nuevos en la asociación.
Ahora es tiempo de volver a la rutina de la asistencia a las terapias, pero no como una simple rutina más, sino como algo necesario para todos los presentes en ella y con el ánimo puesto en aportar y recibir lo más posible en todas y cada una de ellas. Debemos ser conscientes de que la simple asistencia no es suficiente, tenemos que participar activamente en ellas contando nuestras vivencias y inquietudes tanto para que nos puedan ayudar los demás como para poder ayudarles nosotros a ellos, debe quedar atrás ese tiempo en el que nos guardábamos todo para nosotros mismos sin compartir con nadie nuestras sensaciones, sentimientos y emociones, sobre todo si estas eran malas causando en nuestra cabeza el mismo efecto que el vapor en una olla a presión, saliendo al final por algún lado y normalmente de forma incontrolada.

Esperemos que este nuevo curso que ayer dio comienzo nos traiga más alegrías que penas y llantos.

Al fin y al cabo en cuestión de ludopatía la solución está en nuestras propias manos, aprovechémonos de la gran suerte que tenemos por la ayuda que puede prestarnos para ello la gran familia que forma la asociación. (Tanto a la que yo asisto como seguro que también todas y cada una de las que existen a lo largo y ancho de todo el planeta, por supuesto las experiencias que aquí se relatan sirven para cualquier persona se encuentre donde se encuentre ubicado en el mundo, ya que gracias a Internet podemos acercarnos unos a otros sin importar sexo, raza, condición o lugar de residencia)

Hasta pronto.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

La importancia de un día más.


La importancia de un día más, es demoledora. Gracias a un día más se cambia todo en esta vida y nos vale para cualquier faceta de ella, no solo para el juego.
En ocasiones lo importante es aguantar un día más sin hacer algo de lo que más tarde tal vez no nos podamos ni arrepentir, otras veces aunque si tengamos la ocasión de rectificar el perjuicio causado por una acción realizada sin la meditación suficiente puede acarrear unas consecuencias desastrosas en nuestro futuro a corto y medio plazo. Este tipo de actos se cometen muy a menudo en el tema que nosotros tratamos, la rehabilitación de la ludopatía. Si nos paramos a pensarlo detenidamente, nos daremos cuenta que casi todas la veces que ocurre alguna recaída ésta no es tan espontánea como solemos decir “se me cruzaron los cables y” ya que a pesar de ser cierto
que posiblemente en ese momento se “cruzaran los cables” no es menos cierto que de haber seguido las medidas preventivas tal y como se indica desde las asociaciones o desde este tipo de foros un día más, esa situación no se hubiese producido. ¿Por qué? Pues porque no estaríamos en ese lugar, no tendríamos ese dinero, no tendríamos acumulada esa tensión por ocultar ciertas cosas o sentimientos… en fin, lo que nos indican las medidas preventivas o normas de conducta que deben seguir todos los ludópatas si excepción y todas aquellas personas que se comprometan a llevar su seguimiento o ha apoyar al ludópata para conseguir la rehabilitación.
En otras ocasiones lo que es necesario es todo lo contrario, que dejemos de hacer lo que venimos haciendo habitualmente, es decir que cambiemos nuestros hábitos y costumbres y que estas nos impulsan hacia el juego: frecuentar los mismos lugares, hacer las mismas cosas a las mismas horas, mantener relación frecuente con compañeros de juego…, esas también son cosas que están recogidas en las normas pero que en muchas ocasiones se pasan por alto con peregrinas excusas solo buscadas para poder mantener algo que creemos necesitar y que por el contrario no es así,
por ejemplo el tema de los mal llamados amigos, ya que si realmente fuesen nuestros amigos y supiesen nuestro problema nunca jugarían delante nuestro o nos incitarían a hacerlo, ya que sabrían que eso es perjudicial para nosotros, una actitud como esa indica que o bien no son tan amigos nuestros como pensamos, o no les hemos explicado bien lo que nos ocurre, de ser así deberíamos hacerlo y de persistir en su actitud lo mejor es mantener la relación en un simple saludo sin más.
Ser constante en la rehabilitación es la clave del éxito o el fracaso, de hay la importancia de un día más.

Hasta pronto.