sábado, 11 de septiembre de 2010

Recuperemos el ritmo

Fin de verano y comienzo de un nuevo curso.
Se vuelve a la rutina de horarios fijos, en los que el stress envuelve todo, deprisa al trabajo, rápido en las comidas, sin tiempo para unas buenas relaciones sociales…
Todo eso que a priori es perjudicial también tiene su lado positivo, pues nos ofrece la posibilidad de tener nuestro tiempo controlado, sin el riesgo de pensar demasiado en nuestros problemas.
Por lo menos en la asociación Miguel Delibes, de la que formo parte como ya os he contado anteriormente, comienza una nueva etapa de reuniones de grupo y terapias cosa que en mi caso hecho mucho de menos, pues no me gusta faltar a ninguna de las reuniones y por lo tanto, el mes y medio de vacaciones se me antoja muy largo.
A pesar de algún que otro encuentro fortuito con miembros de la asociación, el primer día de terapia siempre tengo la incertidumbre de enterarme de posibles recaídas, las cuales de suceder, después de tanto tiempo en la asociación se sienten como algo propio, porque a pesar de que suene a algo estereotipado y manido lo cierto es que somos una gran familia; Los mayores y no necesariamente por la edad si no por la experiencia, los adultos que están en el buen camino hacia la recuperación , los jóvenes que llevan menos tiempo, pero ya son capaces de saber lo que quieren y actúan en consecuencia, los niños que se dejan llevar, sin saber muy bien lo que quieren, y por último los recién nacidos, nuestras más recientes incorporaciones, pero tal vez los mas importantes, porque saben que algo les pasa, intentan ocultarlo porque saben que no esta bien lo que hacen, que les esta destruyendo física y moralmente, no solo a ellos si no a todo su entorno, mas no pueden controlarse, hasta que todo explota y se busca ayuda en una asociación, lugar comparable a un espejo “Si ellos han podido, yo también”, “Si los demás son capaces, yo también”.
Por lo tanto bienvenidos a tod@s, encantado de estar de nuevo entre vosotr@s.
Saludos Toño.